Trastornos alimentarios: más allá de la comida, el encuentro con el vacío interno

Hablar de salud mental cada vez es más común, pero ¿sabías el factor edad puede influir enormemente en quiénes buscan ayuda profesional?

INFOTRASTORNOS ALIMENTICIOS

Ariana Calvo & Dani Dariku

6/25/20253 min leer

Muchas de nosotras que atravesamos un trastorno de la conducta alimentaria sabemos que, casi siempre, hay una herida en el comienzo. A veces tiene forma de pérdida, abandono, abuso, o de palabras que marcaron el cuerpo como cuchillas invisibles. Son experiencias traumáticas que quedan alojadas en la memoria, en la piel, en la forma en que miramos nuestro cuerpo… y también en la manera en que lo habitamos.

En el caso de la bulimia, esa herida puede transformarse en una batalla silenciosa entre el exceso y el vacío.

Entre lo que tragamos con desesperación y lo que expulsamos como un intento de borrar lo vivido. Desde el psicoanálisis, entendemos que el alimento no es solo nutrición: es lenguaje, es vínculo, es vida.

Cuando no logramos construir un borde psíquico que delimite lo propio de lo ajeno, el alimento deja de sostener y empieza a invadir. Sin ese borde, no hay contención, no hay un adentro y un afuera claros. Entonces, la restricción aparece como un intento de poner orden donde adentro hay caos. Pero lo que restringimos no es solo el alimento: también el dolor, el deseo, la palabra, la vida misma.

En la medicina tradicional china, el sistema digestivo, especialmente el Bazo y el Estómago, no solo se encargan de transformar los alimentos en energía, sino también de procesar las experiencias emocionales porque son lo que llamamos la casita física de ese campo emocional. Entonces, una preocupación crónica, un trauma no elaborado o una emoción reprimida puede a la larga “enfriar” el fuego digestivo, alterando la armonía interna.

El vacío se busca controlar en cualquier trastorno. Pero, ¿y si te digo que no es algo para llenar?

Es un espacio disponible. Lleno de potencial para transformarte. Imagina a tu estómago digiriendo o tu mente leyendo un libro: el vacío es ese lugar donde todo se transforma en algo nuevo y tuyo. Es una energía creativa y receptiva.

No se trata de cambiarlo, sino de confiar porque es parte de vos. Es confiar en vos sin juzgarte. El vacío sabe lo que hace.

¿Por qué nos asusta tanto esa esencia creativa y transformadora que llevamos dentro? Quizás la responsabilidad de realmente vivir, de sentir, nos frene.

Permitamos que de este vacío emerja nuestra resiliencia.

Ese proceso subjetivo, muchas veces silencioso, que nos permite ir reconstruyendo una narrativa posible frente al caos. Es la capacidad de transformar el dolor en un nuevo sentido, con otros recursos, con otros vínculos. En un espacio terapéutico —ya sea a través de la palabra o del trabajo energético corporal— no se trata de forzar ni corregir, sino de acompañarnos para entender qué hay detrás. Y, poco a poco, encontrar nuevas formas de habitar nuestra historia, construir bordes que contengan y alojar el vacío sin necesidad de llenarlo compulsivamente. De construir un espacio interno con otras herramientas que nos sostenga y nos permita estar con nosotras mismas de otro modo.

El alimento, cuando puede ser recibido, digerido y sostenido, vuelve a ser símbolo de vida porque es justamente tu relación con la vida. Deja de ser una obligación, pasando a ser un gesto de reconciliación con tu cuerpo, con lo vivido, con una misma.

Estamos en el constante antes, y después.

Entonces, vive de tal manera que cada día sea mejor para vos.

Vive de tal manera que cada día te priorices.

Vive de tal manera que cada año que pase no te reconozcas.

Vive de tal manera que cada vez que veas una foto tuya de hace 6 meses, curiosa y extrañada, tengas esa sensación de mirar a alguien que ya no está.

Vive de tal manera que estés orgullosa de la persona en la que te estás convirtiendo.

No por miedo.

No por contarlo a tus amigas.

Hazlo simplemente porque no puedes no hacerlo.

Juntas, te acompañamos a evolucionar la relación con tu mindset, cuerpo y alimentación, desde el autocuidado y la compasión. Si estás lista para transformar tu historia te invitamos a sesiones 1:1 con Ariana Calvo y Dani Dariku.